Por: Alfredo Rubio,
Editorialista Invitado.
Para los caqueteños, el año 2020 comienza con la expectativa de conocer los alcances de sus gobernantes, quienes cuentan con un escenario favorable derivado de las elecciones que legitiman su mandato. El elevado apoyo en las urnas al candidato y hoy gobernador Arnulfo Gasca Trujillo lo fortalece en el liderazgo de lo que ha de realizarse en términos de gestión pública en el presente cuatrienio, acompañado por una Asamblea Departamental que, de igual modo, tiene el deber de saber interpretar las necesidades ciudadanas.
Florencia, como capital del departamento, cuenta así mismo con un alcalde capaz, Luis Antonio Ruiz Cicery, que en buena hora coincide con el pensamiento del mandatario seccional, como no sucedió en el periodo pasado y como no ha sucedido en muchas otras oportunidades en la historia del Caquetá. Gasca Trujillo y Ruiz Cicery no tienen el mismo sello partidista, pero los une su afán por servir a las comunidades, por generar nuevos escenarios de desarrollo y bienestar.
Eso es ya mucha ganancia, sin desconocer que está todo por hacer en medio de un escenario nacional y mundial bastante complejo. Es imposible ignorar lo que sucede en el mundo, sobre todo cuando nos toca de manera directa, como pasa por ejemplo con la Amazonia continental, de la cual hacemos parte, vista como un tesoro para el mundo y que sin embargo sigue sufriendo toda suerte de azotes; qué decir de los venezolanos que han llegado a estas tierras en busca de solidaridad mientras muchos caqueteños la vienen reclamando durante años y décadas.
En ese contexto, el mandato del presidente Iván Duque pasa por una dura transición que igual tiene eco en territorio caqueteño, donde es de ingrata recordación el bombardeo del 30 de agosto pasado contra un campamento de disidencias de las Farc, en zona rural de San Vicente del Caguán, que provocó la muerte de por lo menos siete niños.
Entre tanto, los estudiantes de la Uniamazonia siguen con sus demandas en consonancia con el resto de universidades públicas del país y en el Sena todavía no se acude al cese de actividades, pero por dentro la olla está que hierve. Eso, para no hacer largo el listado de inconformidades por el abandono estatal y las erráticas intervenciones derivadas de las decisiones que se toman desde Bogotá.
Es así como vendrán en el plano nacional nuevas expresiones de inconformidad, con plena razón, aunque alimentadas también por una oposición empecinada en tumbar al presidente Duque cuando en realidad lo que se requiere es hacer aportes que contribuyan a la estabilidad, al orden, al progreso con justicia social.
Aterrizamos de esta forma, de nuevo, en el plano departamental y municipal, para advertir que el gobernador, junto con los alcaldes, son fichas muy importantes en el ajedrez de la realidad caqueteña; pero ellos también necesitan de la participación ciudadana –no solo de quienes los eligieron- para lograr ejecuciones importantes que conduzcan a la esperada transformación del Caquetá.
¿Qué tanto estamos dispuestos a ofrecer? Cada uno da de lo que tiene; lo fundamental es remar todos juntos para el mismo lado, sin alimentar odios ni mucho menos enfrentamientos que le resten al buen ambiente que se percibe después de largos periodos de violencia, de angustias y de atraso.