Con el humo blanco elevándose a las 18:07 desde la chimenea de la Capilla Sixtina, el mundo supo que el cónclave había concluido. Minutos más tarde, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunciaba la fórmula más esperada: “Habemus Papam”. La Iglesia Católica tiene nuevo líder: el cardenal Robert Prevost, ahora León XIV.
Con 69 años y una larga trayectoria pastoral en América Latina, León XIV se convierte en el 267º Pontífice de la Iglesia Católica y el primero en la historia nacido en Estados Unidos. Nacido en Chicago en 1955, Prevost es también ciudadano peruano desde 2015, país en el que vivió durante cuatro décadas como misionero y obispo, y donde cimentó gran parte de su legado en favor de las comunidades más necesitadas.
Ordenado sacerdote en 1982 y doctor en Derecho Canónico, fue Prior General de los Agustinos entre 2001 y 2013, y recibió el cardenalato por parte del Papa Francisco en septiembre de 2023. Su perfil poliglota —habla inglés, español, italiano, francés y portugués— y su cercanía pastoral han sido determinantes para su elección.
La imagen del nuevo Papa en el balcón, cubierto con la muceta roja, la estola dorada y el roquete blanco, desató una ovación histórica. Miles de fieles lo recibieron entre lágrimas, aplausos y vítores en una plaza de San Pedro completamente llena. En su primer discurso, León XIV rindió homenaje a su antecesor y envió un claro mensaje de unidad: “Construyamos puentes con el diálogo y el encuentro, llevándonos a todos a ser un solo pueblo, siempre en paz.”
Elegido tras solo cuatro votaciones, el cónclave iniciado el 7 de mayo se desarrolló con solemnidad tras el funeral del Papa Francisco, cuya huella reformista marcó un hito en la historia contemporánea de la Iglesia. El nuevo Papa asume el liderazgo en un momento de grandes desafíos sociales, religiosos y espirituales para millones de católicos en todo el mundo.
Su elección marca el inicio de un nuevo capítulo que combina experiencia, visión latinoamericana y espíritu de renovación. Con León XIV al frente, la Iglesia mira al futuro con esperanza.
