Por: Rodrigo Plata Luna
Equivocarse no es malo, malo es reincidir en el error; por eso, lo acontecido en la tarde del 28 de abril del año en curso, en el Estadio Alberto Buitrago Hoyos, debe servir para enaltecer mucho más el deporte en Florencia y concederle al diálogo la importancia que merece para atemperar los ánimos y encontrar unidad en la diferencia.
Quienes acudieron a contemplar el juego entre los equipos de la Gobernación y la Alcaldía, y por supuesto el de Fiorentina Fútbol Club y Sporting Caquetá, quedaron con el sinsabor de contemplar el enfrentamiento en el que se vieron involucrados representantes de los equipos e incluso algunos hinchas. Indigno espectáculo, contrario a lo que está llamada a inspirar cualquier práctica deportiva.
“Nadie tiene un manual que refleje la forma correcta de vivir”, dice Milán Kundera en su obra La insoportable levedad del ser; por eso, se entiende que la pasión del fútbol suele ir acompañada de estados de euforia, pero también de rabia, intolerancia y tantos otros… Fue así como quien escribe esta nota resultó golpeado y luego señalado ante los medios de comunicación como responsable de hechos que lejos estuve de propiciar.
Error que no fue corregido, sino que todavía circula en las redes y permanece en la memoria de algunos ciudadanos, en parte porque hubo quien hizo eco de esa mala interpretación de los hechos, rotulándome como victimario en una confusión durante la cual fui víctima. Mi único pecado, si es que así puede llamarse, fue tomar fotografías de las escenas que pasaban ante mis ojos; algo que cualquier periodista haría sin reparos.
Por fortuna, el alcalde Marlon Monsalve tomó cartas en el asunto y llamó un día después a los representantes de los equipos – Alex Arriaga, por Sporting Caquetá y Diego Ángel Montoya, por Fiorentina – no solo a conciliar, sino también a comprometerse con no repetir algo semejante. Incluso, el mandatario tuvo el acierto de invitar a la reunión al comandante de la Policía, coronel Julio Guerrero.
En esa movida ajedrecística hay más de fondo. Según lo anunciado, se hará cumplir la normatividad a todo nivel, de tal forma que el buen ejemplo cunda; así mismo, se constituirá una mesa de trabajo permanente, para el fortalecimiento de los clubes deportivos; estos aportarán a la política pública de salud mental, en el marco de la construcción del plan integral de convivencia y seguridad ciudadana; además, habrá mejoras en la logística y la operatividad, para que los interesados acudan en cada oportunidad con la confianza de disfrutar en paz del llamado mejor espectáculo del mundo.
En años anteriores se han presentado grescas en el estadio, de lo cual se han derivado algunos correctivos; pero, esta es la primera vez que el alcalde de la ciudad aborda la problemática con entereza, escalando la situación al nivel que corresponde dentro del estado de equilibrio y bienestar emocional, psicológico y social que influye en nuestra percepción, en nuestras emociones y en nuestra conducta. Falta ver cómo los ciudadanos dejamos de normalizar la agresión y contribuimos a la tranquilidad que todos merecemos.